Repensar el espacio desde un diálogo con lo aparentemente invisible, nos podría llevar a la posibilidad de generar conexiones olvidadas o impensadas con ciertos lugares que nos rodean.
De ahí que eso que se devela de forma íntima frente a los ojos del espectador; ese espacio inquietante que nos lleva forzosamente a reconocer nuestra ciudad y nombrarla desde lo secreto -desde los relieves- tal vez traiga dentro de sí fuerzas e ideas que abran la posibilidad hacer coexistir estos entornos con la realidad, esperando desde ahí crear una validación para estos espacios traspasando así las barreras de lo ficticio.












